Desde hace
siglos las mujeres han estado presentes en la literatura sólo que se
mantuvieron ocultas, grandes escritoras, autoras de novelas
intrigantes, sensuales e ingeniosas tuvieron que usar seudónimos masculinos para que publicaran sus obras.
El temor al
qué dirán, las prohibiciones de la época, el machismo dentro de los círculos
literarios y editoriales, hasta la opinión de los lectores, todo eso influyó en
que muchas mujeres adoptaran nombres masculinos u ocultaran su verdadero nombre
detrás de unas siglas para publicar sus historias.
Muchos de
estos nombres ya los conocen, pero esta semana con motivo del Día Internacional
de la Mujer quise recordarnos el valor que tienen las mujeres dentro de la
literatura y los apuros por los que pasaron en su momento.
En 1831 Aurore Dupin optó por usar un nombre
masculino para publicar sus historias, pero un año más tarde la escritora
comenzó a vestirse de hombre y se presentaba como George Sand, para acudir a
los eventos culturales en los que estaban vetadas las mujeres, y continúo
publicando con este seudónimo.